Los juegos, como complemento del museo, cumplen una función educativa sin por ello resignar su capacidad lúdica
Ubicados en el Polo Científico y Tecnológico de la Ciudad de Buenos Aires, los juegos del Parque de las Ciencias forman parte de un proyecto científico y cultural. Como complemento del museo, cumplen una función educativa sin por ello resignar su capacidad lúdica. Proponen desde la forma un vínculo con distintas ramas de la ciencia: biología, física, genética, química, etc. A la vez, están diseñados a partir de juegos tradicionales de plaza, de manera que cualquiera puede utilizarlos intuitivamente, sin necesidad de instrucciones.
Moléculas/subibajas, glóbulos/hamacas, cadenas de ADN/spinners, un músculo/potro, un cromosoma/potro y una neurona/trepadora, se desparraman sobre una huella de hexágonos en sintonía con el resto del parque. Una serie de lupas en las que se puede observar cualquier objeto encontrado completan el proyecto. La paleta cromática es restringida, acotada al naranja y al gris.
El verde del piso de goma se mimetiza con el césped del parque. Se buscó de esta manera reforzar la unidad de conjunto evitando el efecto de objetos sueltos en un espacio de grandes dimensiones: una de las premisas del proyecto fue la de generar impacto visual. Los juegos se reconocen por la forma, el color y la escala. En este sentido, uno de los juegos debía ser “muy grande”, de modo que el conjunto resultara identificable tanto desde las cabeceras del parque, el tren, y la entrada lateral de la calle Godoy Cruz.
Al tratarse de diseños pensados para este sitio y programa, el proceso de fabricación fue artesanal. Cada juego es su propio prototipo. Por ese motivo se trabajó principalmente en hierro, ya que además de ser un material muy adaptable requiere de poco mantenimiento. Los Glóbulos y las Moléculas presentan cáscaras exteriores de PRFV con pintura poliuretánica náutica. Asimismo, la Neurona incorpora redes y toboganes de pvc reforzado.
El equipo de proyecto estuvo compuesto por arquitectos y diseñadores industriales, quienes trabajaron en un ida y vuelta con científicos del Programa Nacional de Popularización de la Ciencia del Mincyt